No volveré a caerme

Sentada en una esquina, 
escuchando aquellas canciones que me enseñaron un mundo diferente,
en el que tu me guiabas como a una niña pequeña.

Echo de menos aquellos momentos, 

sentados en el viejo sofá de tu garaje,
escuchando esas mismas letras, 

pero que en aquel momento tenían un sabor diferente.

Porque sabían a los “te quiero” 

que me susurrabas rozando mis labios justo antes de besarme, 

también sabían a tardes enteras abrazados
mientras hablábamos o a tranquilos silencios
en los que me agarrabas firmemente de la cintura mientras yo
escuchaba los latidos de tu corazón.

Pero se que aquellos días no volverán,
tu mismo dijiste que yo no entraba en tus planes,
que yo simplemente era prescindible para ti.

Solías llamarme llorona y no te equivocabas
porque pensando en ti las lágrimas han regresado a mis ojos
y por mucho que me las limpie con las mangas de la camisa,
nada parece poder parar las cascadas que salen de mis ojos.

Lo que más me duele de todo es que jamás seré capaz de odiarte,
aunque ante el mundo afirme tener un odio ciego hacia ti.

Eso jamás será posible, 

tú me enseñaste tanto…
me hiciste descubrir mi gran pasión
y por mucho que tu rechazo me haya hecho sufrir,
por mucho que haya llorado,
no te odio,
pues es de sabios
y de humanos aprender de sus errores.

Porque aunque me haya caído esta vez,
me levantaré y te aseguro una cosa,

NO VOLVERÉ A CAERME POR TU CULPA.